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Refiriéndose a la política exterior socialista, Rajoy ha dicho que «todo el mundo gana algo salvo el Gobierno español». En el «caso Haidar» esa afirmación se cumple a rajatabla. Han ganado Haidar y el Frente Polisario porque su causa ha pasado al primer plano de la actualidad internacional. Ha ganado Argelia porque, estuviera o no detrás de esa huelga de hambre, dicha victoria mediática va en la dirección de sus intereses. Y ha ganado también Marruecos porque España ha reconocido su soberanía sobre el Sahara. Aquí el único que no ha ganado absolutamente nada es el Ejecutivo de Zapatero, que se ha metido en un lío innecesario y que, ante el gremio de la ceja, se ha cubierto de barro hasta las cejas en efecto.
Y es que el problema no está en que a Haidar se le dejó entrar en España porque ahí Zapatero estaba pillado. La misma huelga de hambre de Aminatu en una cárcel marroquí le habría hecho perder diez kilos a nuestro presidente. Cualquier solución habría sido mala. El problema viene de antes y de después. Viene del apoyo retórico que el PSOE ha dado siempre a la autodeterminación saharaui y viene de la traición definitiva a esa bandera que el PSOE acaba de consumar ahora.
El Gobierno no ha ganado nada sino que tiene en contra a Pilar Bardem y eso puede ser terrible. Sobre todo si el hijo desentierra el megáfono. ¡Qué miedo!
Y es que el problema no está en que a Haidar se le dejó entrar en España porque ahí Zapatero estaba pillado. La misma huelga de hambre de Aminatu en una cárcel marroquí le habría hecho perder diez kilos a nuestro presidente. Cualquier solución habría sido mala. El problema viene de antes y de después. Viene del apoyo retórico que el PSOE ha dado siempre a la autodeterminación saharaui y viene de la traición definitiva a esa bandera que el PSOE acaba de consumar ahora.
El Gobierno no ha ganado nada sino que tiene en contra a Pilar Bardem y eso puede ser terrible. Sobre todo si el hijo desentierra el megáfono. ¡Qué miedo!
(Publicado en LA RAZÓN)
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