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No se trata del famoso voluntarismo que hace ver medio llena la botella que está medio vacía sino de hechos concretos. Hay malas noticias a las que se les puede y se les debe buscar un lado positivo. Que se hayan encontrado 1.500 kilos de explosivos en el chalé de Obidos y que ETA esté intentando llevar su base de operaciones a Portugal es un obvio síntoma de que la colaboración policial de la Francia de Sarkozy con España está dando buenos frutos y de que los sucesivos descabezamientos de la banda la están obligando a llevarse el tenderete del suelo que fue durante años para los terroristas un verdadero santuario.
A su vez la eficaz sintonía que hay entre las policías española y lusa se demostró ya el pasado 9 de enero con las detenciones practicadas por la Guardia Nacional Republicana a Garikoitz García y a Iratxe Yánez en Portugal mientras huían de la Guardia Civil; operación que fue simultánea a la detención de Iñaki Iribarren y Eider Uruburu por la Gendarmería francesa.
Si a eso añadimos el despertar de la Ertzaintza (de «los hombres de Paco» como los llaman los abertzales en alusión a Patxi López) que acaba de traducirse en el reciente desmantelamiento de dos comandos, resulta evidente que la botella está casi llena y que existe hoy una «milagrosa e inédita» coordinación en la lucha antiterrorista por la que no cabe más remedio que felicitar a Rubalcaba.
(Publicado en La Razón)
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