Llama la atención que en la comitiva que acompañó a Washington al presidente del Gobierno, el campeón de la paridad, hubiese menos mujeres que negros en el Comité Central del partido Comunista de Cuba. Lástima que no haya foto de los expedicionarios, la clásica antes de tomar el avión. La apariencia de paridad estricta en la foto es engañosa. Pero vamos al avío:
Presidente, [Debería haber dicho: "Mister President". Hasta Marilyn Monroe que tenía razones para tutear a Kennedy le llamó "mister President" en aquel célebre cumpleaños en el Madison Square Garden]
Congresistas, Señoras y señores, Gracias.
Gracias, por invitarme a participar, en nombre de mi país, en nombre de España, en uno de los actos de mayor tradición y simbolismo en la sociedad americana.
Y permítanme que les hable en castellano, en la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra. [He aquí una de las grandes habilidades dialécticas de Zapatero, establecer relaciones aparentes que no tienen nada que ver con la realidad. Si Zapatero habló en castellano es porque es el único idioma que conoce, no porque fuera la lengua en la que se predicó la palabra de Dios por vez primera en aquellas tierras. Ya puestos, señor presidente, ¿sería posible que a nuestros hijos les hablaran sus profesores en la misma lengua que usa usted para rezar y les transmitieran el conocimiento en esa lengua, no porque en ella se rezara al Dios del Evangelio, que eso nos la suda, con perdón, sino porque es el idioma en que les predicó su madre y son más competentes en él que en ningún otro?]
Nadie como ustedes conoce el valor de la libertad religiosa.
Sus antecesores huyeron de la dominación, y para que nunca les fuera arrebatada la libertad fundaron este país. [otro ejemplo de las relaciones causales inadecuadas. En muchos casos huían de la justicia o de la pobreza]
Una Nación, los Estados Unidos, alumbrada en la democracia.
Que no ha dejado de crecer bajo su fuerza.
Que abolió la esclavitud, [después de haberse construido sobre ella, todo hay que decirlo] reconoció la igualdad de voto, y proscribió la discriminación.
Que ha ensanchado el pluralismo, la tolerancia, el respeto a todas las opciones y creencias…
Conquistas admirables, admirables a ojos de un demócrata que vive en una de las Naciones más antiguas del orbe: España. [Impresionante. Zapatero, un demócrata de la vieja Europa, concede el ISO 9001 a la democracia estadounidense. Él está cualificado por venir de una de las naciones más antiguas del orbe. No importa que el 18 de noviembre de 2004 dijera en el Senado: "El concepto de Nación es discutido y discutible", afirmación extraordinaria por venir del presidente del Gobierno de la Nación. A mí me recordó al chiste de Eugenio, en el que la madre del escolar renuente, le anima a ir a levantarse para ir a la escuela: "Mira hijo, tienes que levantarte para ir al cole por tres razones: porque ya es lunes, son las ocho de la mañana y porque tienes cuarenta y dos años y eres el director del colegio]
Una Nación también diversa, forjada en la diversidad y renovada en su diversidad.
Una Nación también americana, “la más multicultural de las tierras de Europa, (la) España celta e ibera, fenicia, griega, romana, judía, árabe y cristiana” -sobre todo cristiana-, como la ha caracterizado desde Latinoamérica Carlos Fuentes.
Nuestros dos países deben mucho a quienes han venido de fuera. No se entienden sin ellos, sin los que, a lo largo del tiempo, han llegado a nuestra tierra y, conviviendo, se han convertido en nosotros, en lo que somos. [Aquí, todos hemos venido de fuera, podrían haberle replicado sus anfitriones]
Permítanme que les lea un pasaje de la Biblia, del capítulo 24 del Deuteronomio:
No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país.
Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de su jornal… [No sea que clame contra ti al Señor, y se te impute a pecado, es el remate del versículo que nos ocultan piadosamente los puntos suspensivos]
Es peligroso elegir el Deuteronomio como fuente de inspiración de la justicia social, como veremos. Fíjese usted lo que prescribe en materia de moral sexual: “Mas si es verdad lo que (el marido) le imputa y la muchacha no fue hallada virgen, la echarán fuera de la casa de su padre y morirá apedreada por los vecinos de aquella ciudad, por haber hecho cosa tan detestable en Israel” (Deut. XXII, 20-21). Finalmente, donde el mismo libro dice (XIV, 21): “No cocerás cabrito en la leche de su madre”, ¿debemos entenderlo como un alegato contra la cocina de fusión o más bien contra la redundancia?
No dejemos de velar por la buena integración de quienes han venido a trabajar y a convivir a nuestros países. No dejemos de velar también por aquellos a los que no podemos acoger entre nosotros, y pasan hambre y miseria en tantos lugares de la Tierra. Como las personas que viven en Haití, y cuyo infortunio nos ha movido a hacer un gran ofrecimiento de solidaridad. [He aquí una lágrima socialdemócrata, la malamente oculta satisfacción de vernos a nosotros mismos como buenos y solidarios ante la desgracia ajena. Lo importante no es el infortunio de Haití, sino nuestra respuesta grande, solidaria, ejemplar. Contrastar con los datos que aún legan de Haití, aunque ya no lleguen a las portadas]
Una solidaridad que nos reconcilia con nuestra condición misma de seres humanos, vulnerables y fraternos. [Más de lo mismo] Y que no debe diluirse en el olvido.
Asimismo, quiero proclamar el más sentido compromiso con los hombres y las mujeres que, en nuestras sociedades, padecen, en estos tiempos difíciles, la falta de trabajo. Todos ellos deben saber que no hay tarea de la que, como gobernantes, nos sintamos más responsables; que no hay tarea que nos acucie más que la de favorecer la creación del empleo. [Es aquí donde falla en buenismo y las lágrimas socialdemócratas se revelan en toda su inutilidad. La responsabilidad pasa por adoptar las medidas necesarias para crear empleo, tal como han hecho con más éxito que el nuestro todos los Gobiernos de Europa y, por supuesto, el de Obama. No vale con la expresión de los sentimientos]
Señoras y señores,
Hoy mi plegaria quiere reivindicar igualmente el derecho de cada persona, en cualquier lugar del mundo, a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien. Hoy mi plegaria quiere reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada y para crear y cuidar a su entorno familiar, mereciendo respeto por ello. [Estamos ante una sutil reivindicación de las bodas gays y otras leyes concordantes. Y aquí es donde empiezan los problemas con el libro del que ha sacado su cita laboral, el Deuteronomio. Vean, por ejemplo, cómo queda la Ley de Identidad de Género a la luz de esta antorcha: “La mujer no se vista de hombre ni el hombre se vista de mujer, por ser abominable delante de Dios quien tal hace.” (Deuteronomio XXII, 5)]
La libertad es la verdad cívica, la verdad común. Es ella la que nos hace verdaderos, auténticos como personas y como ciudadanos, porque nos permite a cada cual mirar a la cara al destino y buscar la propia verdad. [Hace ya bastante tiempo que está entre los quiasmos favoritos del presidente. La semana anterior en Addis Abeba lo enunció en versión completa: "no es la verdad la que nos hace libres. Es la libertad la que nos hace más verdaderos". Quizá en esta ocasión no se atrevió a desautorizar al mismísimo Jesucristo en el Evangelio de San Juan: "La verdad os hará libres". (San Juan, VIII, 32)]
Pero la tolerancia es mucho más que la aceptación del otro: es descubrir, conocer y reconocer al otro. El desconocimiento del otro está en la raíz de los conflictos que amenazan a la humanidad y ponen en peligro nuestro futuro.
El odio nace de la ignorancia y la concordia se construye sobre el conocimiento. También la paz. España ya fue en el pasado ejemplo de convivencia entre las tres religiones del Libro: Judaísmo, Cristianismo e Islam.
Y hoy defiende en el mundo la tolerancia religiosa y el respeto a la diferencia; el diálogo, la convivencia de las culturas, la Alianza de las civilizaciones. Lo hacemos con tanta convicción como rechazamos las afirmaciones excluyentes de superioridad moral, el absolutismo o el fundamentalismo intransigente. [Veamos qué dice el Deuteronomio sobre Alianza de Civilizaciones: “esto es lo que debéis hacer con ellos: derribad sus altares y haced pedazos las estatuas, talad sus bosques profanos y quemad sus ídolos” (Deuteronomio, VII, 5)]
Estados Unidos sabe, como también lo sabe España, que la utilización espuria de la fe religiosa para justificar la violencia puede ser enormemente destructiva.
Y qué mejor momento que este Desayuno de Oración para que recordemos juntos, para que honremos juntos, a nuestras víctimas del terrorismo. Porque, juntos, también, defendemos la libertad allí donde se ve amenazada.
Señor Presidente, congresistas; señoras y señores,
Ya sea con una dimensión trascendente o cívica, [¿Dónde está la disyuntiva?¿Qué cosa es una dimensión trascendente y qué otra cosa una cívica?] la libertad es siempre el fundamento de la esperanza, de la esperanza en el futuro. [La libertad es un bien necesario. Algunos sostuvimos contra el parecer que hace cuatro años tenía el presidente Zapatero que era más importante que la paz. Pero no se ve por qué es el fundamento de la esperanza. Se puede ser libre y estar completamente desesperanzado, pregunte a cualquier miembro de ese millón de familias que tienen todos sus miembros en paro.]
Por la libertad, así como por la honra -se dice en El Quijote, la obra literaria más importante escrita en español- se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos…”
Que ese don siga iluminando a América y a todos los pueblos de la tierra. [¿Qué quiere decir 'siga' y 'todos'. ¿Ilumina la libertad a Cuba, Irán, China, Venezuela, a todos los países africanos?]
(Publicado en el Blog de Santiago González)
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