Francesc de Carreras: La reforma del Estado autonómico español

"Hay que lograr un Estado español federal con pactos PSOE-PP para modificar la Constitución"

El catedrático de Derecho Constitucional, Francesc de Carreras, ha pisado Zaragoza para hablar de la reforma del Estado autonómico español. A su juicio, el PP ha de definir una línea ideológica clara y asegurar acuerdos con el PSOE, como en 1992, al objeto de lograr el Estado federal español a través de algunas reformas de la Constitución.

ARAGON DIGITAL (María Abadía Jiménez) Zaragoza.- Francesc de Carreras ha pasado estos días por las Cortes de Aragón para participar en las jornadas "La reforma del Estado Autonómico español y del Estado federal alemán", organizadas por la Fundación Manuel Giménez Abad. Activo militante antifranquista en los años 60, se afilió en 1967 al PSUC, que en aquella época aglutinaba al grueso de la oposición a la dictadura.

De Carreras es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), colabora en prensa con regularidad y está afiliado a CIUDADANOS (C's). Durante 17 años fue miembro de un grupo de expertos de la Generalitat. Junto con personalidades como el director de teatro Albert Boadella, el escritor Félix de Azua y el periodista Arcadi Espada, De Carreras es el impulsor del Manifiesto Antinacionalista Catalán, y co-fundador del partido Ciudadanos.

Pregunta.- ¿Es el Estado autonómico español un Estado federal?
Respuesta.- El Estado autonómico español ha sido un éxito durante treinta años, con tendencia a ser un Estado Federal. A esa tendencia llegamos en el año 2003 cuando sólo faltaba completar algunas cosas, como la reforma del Senado, aumentar las relaciones entre Estado y Comunidades Autónomas o la participación de las Comunidades en la Unión Europea. En lugar de tomar este camino, ese rumbo de pequeñas reformas para integrar el Estado, se emprendió otra vía que es la de las reformas estatutarias que, a mi modo de ver, no conduce a nada ni nadie sabe a qué conduce.

P.- Ese nuevo rumbo lo marcaron los nacionalismos.
R.- A partir del Plan Ibarretxe y del Estatuto de Cataluña hemos perdido 5 ó 6 años en un debate inútil. Estamos pendientes de una sentencia del Tribunal Constitucional -de la que pende el Estatuto catalán-, al que se le ha dado el papel que no es el suyo, el de árbitro político. Hay que emprender el punto de partida del año 2003. Acabar de reformar el sistema como un Estado federal y llevar a cabo dos o tres pequeñas reformas en la Constitución española que serían claves para emprender esta vía.

P.- Dígame los errores y aciertos que encuentra en el Estado de las Autonomías.
R.- El principal acierto ha sido el de reconvertir todo el aparato del Estado, pasando del Estado centralista a uno descentralizado que atiende mejor a los ciudadanos, gracias a la proximidad de muchas competencias, no de todas; pero sí en importantes como Sanidad, Enseñanza, Servicios Sociales. Ha habido una nueva reafirmación de España. No digo que la causa de la prosperidad española de estos 30 años sea el Estado de las Autonomías, pero sí ha sido un factor que ha contribuido al renacimiento económico y social que hay en el país.

Volver a los acuerdos de 1981 y 1992

P.- ¿Cree que es el momento político idóneo para reformar la Constitución de 1978?. En el actual panorama político parece que hay demasiada marejada.
R.- La única solución al momento es un acuerdo entre los dos grandes partidos mayoritarios, como ocurrió en el año 1981 con los primeros pactos autonómicos PSOE-UCD o con los segundos en el año 1992 entre PP-PSOE. Ahora faltan unos nuevos acuerdos para concretar la reforma del Senado o el principio de que las competencias no estén en los diferentes estatutos, sino en la Constitución española. Hay que establecer el principio autonómico como central en la estructura del Estado. A finales de la legislatura pasada la situación era imposible. Yo creo que la presente no ha comenzado mal, pero la crisis del Partido Popular nos dará la clave de su posición y hay buenos motivos para que PSOE y PP se entiendan.

P.- El momento de agitación actual del PP viene dado, en cierto modo, por la intención de acercarse a los nacionalismos que plantean algunos.
R.- El señor Aznar en su primera legislatura hizo dos veces un ofrecimiento a CiU para que entrara en el gobierno, no a colaborar, sino para entrar en el gobierno. No obstante, en los procesos precongresuales siempre salen cuestiones que luego se definen. Espero que el PP defina una línea clara en junio y que sea una apertura de colaboración con el PSOE.

P.- Usted siempre ha tomado una posición crítica con los nacionalismos, prueba de ello es el Manifiesto Antinacionalista Catalán impulsado por usted y otras tantas personalidades catalanas.
R.- A los partidos nacionalistas se les ha notado, en muchos casos, que actuaban sólo por intereses propios y no generales y han dado la sensación de partidos chantajistas. En realidad, eso han sido. El partido que gobierna en Madrid puede pactar determinadas cuestiones con los partidos nacionalistas, pero nunca algo que pueda afectar a la estructuración territorial del Estado. Ese ha sido el gran error de Zapatero, que ha querido emprender algunas reformas del Estado autonómico con ERC, con PNV y CiU sabiendo que le tenderían luego una trampa, porque los intereses de estos partidos no coinciden con los intereses generales de todos los españoles.

P.- El peso de Cataluña en el Estado se ha dejado ver últimamente con el agua…
R.- En el caso del agua ha sido el Estado quien ha enmendado la plana a las autoridades catalanas. No se ha hecho lo que Cataluña quería, sino lo que dijo el Estado que se tenía que hacer. En el caso de la financiación autonómica está sucediendo lo mismo. Siempre se ha tratado esta cuestión bilateralmente pero al final siempre llega el acuerdo multilateral entre todas las Comunidades Autónomas. La bilateralidad en un Estado de matriz federal es imposible y hay que ir a soluciones multilaterales.