LAMENTABLE, absolutamente lamentable el numerito de ayer en el Congreso de los Diputados. Se reunieron para hablar de la crisis. Zapatero acudió a dar su versión de lo que está ocurriendo y de los remedios para sacar a "estepaís" del pozo. Pero ¿qué ocurrió? Pues mire usted, que Zp soltó su discurso; que Rajoy y los portavoces de los grupos minoritarios, los suyos. El primero de ellos, sin límite de tiempo, insistió en "lo bien que lo estamos haciendo". El segundo, durante el cuarto de hora establecido, insistió en "lo mal que lo están haciendo ustedes". Y el resto, con el Hemiciclo prácticamente vacío incluido el banco azul, más de lo mismo, unos a favor y otros en contra.
¿Alguna solución? ¿Alguna propuesta para salir de la crisis? Pues, más bien, ninguna. Y el hombre de la calle ya está convencido de que el problema, el gran problema que padecemos, son los políticos. Lamentable. Quienes dicen representarnos, hablan y actúan, unos, con el único pensamiento puesto en conservar el poder y otros, en lograrlo. "¿Ha dicho blanco? Pues entonces yo digo negro, ¡hala!" Llevamos treinta y tantos años de Democracia y todavía no han aprendido.
A todos los que logran meterse en una lista cerrada de esas que la "ciudadanía" tiene que votar cada cuatro años, debería exigírseles, un "master" en el parlamento Británico, pongo por caso. No es serio que con la que está cayendo, los Zapatero, Rajoy, etc., en vez de buscar soluciones, sigan empecinados, unos, en conservar el sillón y otros, en lograrlo. Y para ello, acuden a todo tipo de promesas que no saben cómo harán para cumplir.
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