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No pretendo aburrirles con el tema vasco. No soy de los que piensa que los vascongados somos el centro del universo, ni tampoco creo en eso de que los bilbaínos nacen donde quieren, aunque no lo soy. En realidad más bien soy un patatero que es como nos llaman a los alaveses en tono irónico, o si lo prefieren un babazorro, que es algo así como bobalicón o corto de entendederas al decir de los nacionalistas de la línea de la costa para referirse a los alaveses, dicho, eso sí, en euskera batua.
No, no vuelvo a la carga con los temas de la Euskadi nacionalista como aquel pelma que siempre al salir de casa decía eso de “¿va a llover?” para tener la excusa de sacar el paraguas, aunque hiciera un sol tórrido.
Lo que ocurre es que estoy realmente preocupado pues no veo la luz al final del túnel vasco que es el mismo túnel que tenemos el conjunto de los españoles al fin y al cabo.
Veamos las posibilidades tras la cita del domingo en las urnas bajo la mirada de don Sabino Arana encuadrada por el triángulo masón de un socialismo que barre hacia los intereses del gran capital mientras se ayuda a la descomposición de España.
Ordeno las hipótesis según la probabilidad a tenor de los resultados que nos anuncian los sondeos y lo expresado por el aspirante a sustituir a Ibarretxe:
Primera hipótesis: Pacto PNV-PSE con Ibarretxe como lehendakari. ¿Qué se apuestan sobre la posibilidad de que ocurra algo que justifique de nuevo un acuerdo de esa naturaleza, volviéndonos a tiempos de Ardanza? No comento el escenario que se abriría pues ya conocemos sobradamente las consecuencias. ¿Qué se apuestan a que Zapatero ordena un pacto de esa naturaleza para salvar unos apoyos del PNV que garanticen su supervivencia en la Moncloa? Lo que se diga en campaña importa un pito. Hace tiempo que los ciudadanos hemos tenido ocasión de aprender que las promesas son para olvidarlas.
Segunda hipótesis: improbable. El PSE saca más votos que el PNV y Patxi López se postula como candidato a lehendakari. Lo mismo que en la hipótesis anterior: el PNV no va a ceder el poder ni harto de grifa. Seguro que condicionará al PSOE a un pacto de coalición para preservar su continuidad en el Gobierno. Son demasiadas las cosas que perdería el nacionalismo. Sobre todo una trama económica que se ha entretejido a la sombra del poder. ¿Qué se apuestan a que los socialistas ceden, si no hay un acuerdo entre bambalinas ya, cosa más que probable?
Tercera hipótesis: Los socialistas gobiernan en solitario con el apoyo responsable del partido popular y el de Rosa Díez, yendo los nacionalistas a la oposición. ¿Alguien es tan ingenuo de pensar que esto va a ocurrir tras el amplio conocimiento empírico que tenemos de los “socialistas”? Si me equivoco celebraré con champán mi error y pediré perdón públicamente por malinterpretar las intenciones del partido de Zapatero.
Cuarta hipótesis: Partido Socialista y Partido Popular pactan un gobierno de coalición con o sin la participación de los de Rosa Díez. Evidentemente es más fácil que se cumpla el sueño de la lechera en el cuento que esta posibilidad. Patxi López ya ha anunciado que este acuerdo no es posible. ¿Y por qué no va a serlo? Pues porque Zapatero vela más por sus intereses y por arruinar las expectativas del Partido Popular que por la gobernación del País y alcanzar pactos de Estado. Es decir, le importamos una higa. Lo único que le interesa es seguir en la Moncloa no se sabe muy bien para qué, pero continuar ahí. Y cuanto menos se hable de alternancia mejor. El modelo es el de Chávez, no, perdón: Chaves.
Quinta hipótesis: Reproducción de la fórmula del tripartito nacionalista. ¿Y por qué he puesto ésta al final? No lo sé, pues no es descartable que las cosas sigan como hasta ahora, visto el panorama y la ausencia de toda esperanza en regenerar el País Vasco y por ende España.
Ernesto Ladrón de Guevara (en vistazoalaprensa.com)
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