Frases para ciudadanos:

"Todos hemos nacido iguales, y los derechos de cada individuo disminuyen cuando los derechos de uno solo se ven amenazados". (J.F. Kennedy).

"Nada hay más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo". (Victor Hugo)

lunes, 9 de febrero de 2009

¡Libertad para Cataluña!

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Este es el título del editorial de ayer en Libertad Digital, que aunque demagógico tiene aspectos muy interesantes. Dedicado a nosotros, a los ciudadanos que componemos CIUDADANOS (C's), hoy por hoy, la única oposición al tripartito y sus coláteres en el Parlamento de Cataluña. Sí, la única oposición, David contra Goliat.




El partido liderado por Albert Rivera es en la actualidad la única oposición al separatismo y a la variedad de nacional-socialismo impuestos en Cataluña, primero por CiU y después por el tripartito presidido por Montilla.

EDITORIAL
Una vez más, miles de catalanes han salido a la calle para exigir al Gobierno de la Generalidad que cumpla las leyes y las resoluciones judiciales y permita que los hijos de los todos los catalanes puedan educarse en su lengua materna. La expulsión del castellano, idioma principal de la mayoría de los residentes en Cataluña, de las aulas de aquella Comunidad Autónoma, no sólo es una violación flagrante de la Constitución, sino además un factor que entorpece el aprendizaje y dificulta el desarrollo intelectual y emocional de los niños. No es casual que en los últimos años el fracaso escolar y la incidencia de trastornos como la dislexia y la hiperactividad se hayan disparado en Cataluña más que en ninguna otra región española.

Sin embargo, es triste constatar que a pesar de los efectos nocivos de la mal llamada normalización lingüística aplicada a la escuela, la respuesta de los partidos políticos catalanes que se definen como no nacionalistas haya oscilado entre la complicidad del PSC, responsable directo del endurecimiento de la discriminación contra el castellano en los últimos años, y la ambigüedad del Partido Popular. La soledad de Ciudadanos, formación política convocante de las manifestaciones celebradas el sábado en Barcelona y Madrid, demuestra la peligrosa deriva de la presidenta del PP-C, Alicia Sánchez Camacho, y de sus padrinos políticos hacia ese lugar en ninguna parte que su partido ha decidido ocupar en Cataluña.

Ante la renuncia de los populares a amparar la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la libertad de los padres de elegir el tipo de formación de sus hijos en un sistema escolar sufragado con el dinero de todos, el partido liderado por Albert Rivera es en la actualidad la única oposición al separatismo y a la variedad de nacional-socialismo impuestos en Cataluña, primero por CiU y después por el tripartito presidido por Montilla, fiel continuador de la labor iniciada durante la presidencia de Jordi Pujol.

La defensa de la libertad es una tarea difícil que a menudo requiere dejar a un lado los intereses particulares y las lealtades emocionales a fin de garantizar el derecho de los demás a elegir y a responsabilizarse de sus decisiones, nos gusten o no. Es por ello que, más allá de las etiquetas ideológicas, el liberalismo es ante todo una praxis. Exigir el fin de la exclusión y la discriminación que sufren las familias catalanas cuya lengua habitual es el castellano es lo mínimo que cualquier político que se llame liberal debería hacer. Por desgracia, abundan en aquella región quienes están dispuestos a hacer una excepción con la denominada cuestión nacional, algo que los lleva a apoyar políticas autoritarias e intrusivas que quebrantan derechos individuales básicos como la libre expresión y difusión de ideas y limitan las oportunidades de todos.

Como ha señalado Juan Carlos Girauta, encargado de leer el manifiesto de la concentración de Barcelona, el desprecio de Montilla por las sentencias que le obligan a permitir que los padres señalen la lengua vehicular de la educación de sus hijos revela su resistencia a aceptar la existencia de una Cataluña real mucho más rica y diversa que esa nación inventada por el delirio de unos pocos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Libertad Digital hace demagogia al calificar el gobierno catalán de "una variedad del nacional socialismo": con ciertos conceptos y expresiones no se puede jugar ni manipular, eso es propio de los nacionalistas y de los sectarios. Conceptos como genocidio, fascismo,liberalismo o nazismo no se pueden tomar en vano, porque desautorizan a quien los utiliza incorrectamente.
En Cataluña vivimos bajo un gobierno nacionalista que impulsa un concepto de ciudadanía reaccionario e insolidario con el resto de los ciudadanos de España pero, por fortuna, no es un régimen nazi, por eso ha surgido C's.

Tambien es un exceso llamarle liberal a Esperanza Aguirre o fascista: no es ni lo uno ni lo otro, es una señora muy de derechas, con grandes interes económicos, rodeada de corrupción y con tics autoritarios, pero no es una fascista o una liberal..

saludos Jk.

Luis Fernández del Campo dijo...

Pues sí, Jk, tienes razón, en ambas apreciaciones, y agradezco las compartas aquí.
No obstante, como documento "editorial", y siempre citando la fuente (ajena y externa al bloguero), me parece interesante conocerlo.