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El tema estrella de este año en Cantabria, y especialmente en Santander, entre otras localidades, es el de los parques eólicos proyectados para nuestra región. Tema controvertido, que requiere conocer diversas opiniones para poder llegar a una conclusión razonable.
Eso es precisamente lo que debería haber hecho el Gobierno de Cantabria, informarse y consensuar con los ciudadanos, antes de lanzarse a un proyecto que amenaza seriamente la riqueza paisajística de nuestra región, y por tanto nuestros recursos turísticos.
En este blog, vamos a ir desgranando algunas de las opiniones vertidas sobre este tema. Empezaremos con la que hoy se publica en El Diario Montañés, a cargo de D. Jesús Blanco Oporto, presidente de la Asociación Empresarial de Turismo Rural de Cantabria.
A día de hoy la actividad del turismo rural en Cantabria presenta las características socioeconómicas necesarias para ser considerada como industria del paisaje. Los 569 establecimientos registrados por la Dirección General de Turismo mantienen una cifra superior a los 1.500 puestos de trabajo directos, entre empleadores y personal asalariado. Además, las empresas del sector facilitan escenarios de oportunidad específicos y dinámicas de desarrollo en los espacios rurales, que establecen una clara diferencia con el rol jugado por la hostelería convencional en sus zonas de actuación.
El empresariado turístico rural genera el 5,28% del producto interior bruto (PIB) regional y algo más de la quinta parte de la aportación de la actividad industrial a este indicador, ámbito en cuya cuenta de resultados ha de encuadrarse, superando así consideraciones erróneas y valoraciones que no se ajustan a la realidad del sector.
Esta industria del paisaje emplea el patrimonio paisajístico como materia prima de su actividad productiva; así como elemento a partir del cual sus empresas y comercializadores contribuyen a la generación de riqueza y el bienestar de la Comunidad Autónoma, como actividad industrial dominante en nuestras áreas rurales. Por tanto, más allá de las consideraciones estéticas, ambientales y de identidad cultural - que, por supuesto, no pueden obviarse - el paisaje ha de tratarse como un activo clave, capaz de convertir sus elementos en recursos productivos con valor económico.
Los aspectos ambientales y de ordenación territorial asociados al paisaje están presentes en instrumentos legislativos estatales, como la ley de Evaluación de Impacto Ambiental de Proyectos, o regionales como la normativa de Control Ambiental Integrado, a cuyo cumplimiento obliga el decreto 19/2009 que regula la instalación de parques eólicos en Cantabria. No obstante, se carece de figuras jurídico-legales que reconozcan el paisaje como activo económico y base de una actividad industrial clave en el 85% del territorio cántabro, considerado como zona rural.
Esta escasez de marcos de regulación efectivos conduce a que en el debate suscitado por el desarrollo eólico regional no se tengan en cuenta ni la valoración económica del paisaje cántabro, ni los efectos de la instalación de aerogeneradores sobre la única actividad industrial que utiliza el recurso paisajístico como materia prima: el turismo rural. Como presidente de la Asociación Empresarial de Turismo Rural de Cantabria (AETRC) me preocupa que la empresa turística rural -cuyo papel decisivo en el bienestar de la región muestran los datos presentados al principio de este artículo- no esté siendo tenida en cuenta como se merece en este proceso.
Por tanto, considero imprescindible que se evalúen los impactos de la instalación de parques eólicos sobre nuestro sector, cuantificando con exactitud las posibles pérdidas económicas a afrontar por los empresarios del colectivo que presido. Dichas pérdidas deberán tomarse en consideración, a través de mecanismos que el Gobierno regional, las empresas que exploten la energía del viento y la AETRC establezcan de forma conjunta, y que -por encima de todo- garanticen que el desarrollo eólico regional y la necesaria promoción de las energías renovables no se hagan a costa de arriesgar la supervivencia de nuestra actividad industrial.
Este trabajo, previo a la instalación de los primeros aerogeneradores, ha de apoyarse sobre un análisis exhaustivo del impacto económico de las transformaciones paisajísticas que se producirán a corto plazo. Dicho análisis deberá hacerse en colaboración directa con la AETRC y sus asociados y habrá de tener en cuenta, entre otros factores, los efectos posibles sobre la facturación, empleos, número de visitantes y calidad de su experiencia en nuestro sector y otros servicios dependientes.
Más aún, entiendo necesario que el Ejecutivo regional prime las ofertas concurrentes a la asignación de potencia eólica cuyos planes industriales incluyan propuestas ligadas al sector y beneficiosas para su viabilidad. En periodos de crisis económica, como el que atravesamos, las Administraciones Públicas, y entre ellas el Gobierno autonómico, han de apostar por colectivos empresariales consolidados y con capacidad de crecimiento e innovación, como es el representado por la AETRC. Los empresarios cuyos intereses defiendo poseen la tenacidad, la capacidad de esfuerzo y, por encima de todo, el conocimiento, nivel de especialización y compromiso con el territorio imprescindibles para dar la vuelta a la situación actual.
A partir de lo expuesto, he mostrado un escenario que parte de dos realidades incuestionables: por un lado, el turismo rural como industria del paisaje tiene un papel clave en la economía cántabra, que se multiplica si hablamos de nuestros municipios rurales; por otro, cualquier reflexión sobre el recurso paisajístico no puede dejar a un lado su carácter de activo económico y materia prima de una actividad industrial de primer orden.
Por todo ello, no me cabe más que reclamar la participación de la AETRC - como órgano de representación de los empresarios ligados a la industria del paisaje - en todos los foros, programas e iniciativas industriales y de innovación tecnológica, como el desarrollo eólico, que incidan sobre los espacios rurales de la región o su paisaje, como lo que es en esencia: uno de los principales recursos económicos de Cantabria y pilar de cualquier nuevo modelo productivo viable.
1 comentario:
Hola que tal, me parece un blog súper interesante, te doy mi enhorabuena, aunque no te haga falta...Antes de nada presentarme, me llamo Marcos y tengo un blog un poco diferente a los demás, defiendo el plan de energía eólica de Cantabria, pero desde otro punto de vista, muy original a mi entender. Me gustaría invitarte a que lo conocieras y me dieras tu opinión, que seguro será muy interesante. Este es el blog:
http://larespuestaestaenelviento.wordpress.com/
Espero tu visita amigo. Un saludo
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