La verdadera Legislatura del talante es ésta. El zapaterismo va de rojeras, pero dobla la rodilla ante Obama como Franco ante Eisenhower, ¡y ante Carla Bruni!
Llegó Zapatero al poder dándonos lecciones de talante, pero, gracias a su buenismo y a su pacifismo profesionales, los españoles acabamos a tortas entre nosotros y con medio mundo. Últimamente asistimos, sin embargo, a la rectificación de aquella política. Obama y Sarkozy son los ejemplos más clamorosos de ese espectacular cambio de rumbo.
Ahora resulta que los mayores enemigos de nuestra izquierda -el imperialismo yanqui y la derechona gabacha- se han convertido en nuestros mayores aliados y están haciendo alarde del talante práctico que Zapatero no tuvo más que en el terreno retórico. Obama se olvida de los feos mohínes ante la bandera estadounidense y de la anunciada retirada afgana para sacarse la foto de Praga mientras Sarkozy duda de que tengamos a Einstein de presidente, pero le lleva a la cumbre del G-20 y le descabeza a ETA un día sí y otro también. Sarkozy también ha tenido un plausible talante con nuestro Presi porque se ha olvidado del famoso «Ségolène, Ségolène, Ségolène» y está haciendo por la España de Zapatero lo que Mitterrand no hizo por la de Felipe. La verdadera Legislatura del talante es ésta.
El zapaterismo va de rojeras, pero dobla la rodilla ante Obama como Franco ante Eisenhower. Y la vuelve a doblar ante Sarkozy como el felipismo la dobló ante Wojtyla o Pepiño la dobla ahora ante doña Aguirre para ganarse electoralmente a Madrid. Y Letizia y Sonsoles competirán en trapitos con la Bruni.
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