Cada día me sorprende más el poder de la televisión, que es capaz de atraer ante sus cámaras a un presidente, con más facilidad que el Congreso de los Diputados. Aunque también puede ser debido al miedo que puede tener ZP a las preguntas de la oposición, y prefiere encerrarse con 100 ciudadanos con preguntas pasteleadas, y respuestas precocinadas y ensayadas.
Después del escándalo del precio del café, el Presidente Zapatero no quería que le volviesen a pillar en el programa de Lorenzo Milá. Así que cogió a Pepiño Blanco, y se puso a ensayar en Moncloa...
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