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jueves, 15 de enero de 2009

Iñaki Ezkerra: 'La cárcel de papel'

Ayer, Magdalena Alvarez trataba de justificar su forma de hablar (o algo parecido), proporcionándonos uno de los discursos más hilarantes de la historia política española. Así se contaba, y se recogía el documento sonoro en el blog de Luis Fernández del Campo.

Tan lamentable es lo que dice, y cómo lo dice, nuestra ministra de momento, como las contra-declaraciones, desmentidos y opiniones de la popular Nebrera.

Hoy es nuestro amigo Iñaki Ezkerra quien acude a la clásica "cárcel de papel" para dedicársela a la sin par Montse Nebrera, en este artículo, publicado en LA RAZON:

LA CARCEL DE PAPEL

Se llamaba la cárcel de papel a una célebre sección de la revista «La Codorniz» a la que iban a parar los políticos y demás personajes públicos que habían cometido alguna sonada metedura de pata. Me he acordado de ella con el caso Nebrera y el expediente que el PP catalán ha decidido abrirle por burlarse del acento de Maleni y decir que «es como un chiste». A mí lo que ha dicho Montserrat Nebrera de la ministra Álvarez no me parece que pasa de ser un comentario desafortunado y yo la mandaría una semana, como mucho, a la cárcel de papel de «La Codorniz». Pero ya esto de abrir expedientes son palabras mayores. Es una exageración y un síntoma de lo crispada que anda la vida nacional. Expedientes merecen las posiciones de fondo y los que las matan callando, no los deslices ni las frases poco felices. Hacerle el juego a Maleni e interpretar la chorrada de la Nebrera como un signo de xenofobia sí es algo grave en cambio, más grave que el propio comentario porque éste fue oral y los expedientes son escritos y lo escrito queda.

Queda para constancia de la irritación subida de tono y paradójicamente frivolona que ha producido una bobadita en contraste con la vista gorda que se hace, por ejemplo, al legado racista de Sabino Arana que todavía reivindica hoy el PNV y que tiene una traducción sangrienta. Eso sí que es xenofobia y una auténtica «posición de fondo»: cientos y cientos de páginas escritas, es decir pensadas y repensadas, contra los andaluces especialmente. Pero todavía estoy esperando a que el PP de Andalucía muestre la menor indignación y no digo ya el PSOE, que desde los tiempos de González y Guerra (dos andaluces sin ir más lejos) considera muy «legítima» la ideología nacionalista y todo lo que dice esa peña. Los nacionalistas son, por cierto, muy hipocritones y muy expertos en hacer como que guardan las formas, en poner el grito en el cielo ante el exabrupto ajeno cuando ellos han construido una ideología sobre un exabrupto, han levantado una teoría sobre una broma pesada y xenófoba que maldita la gracia que tiene.

No me simpatiza particularmente la Nebrera. La veo metiendo demasiado ruido últimamente y además un ruido contradictorio, incoherente, ininteligible. Da la impresión de que su única bandera es ella misma. Tan pronto parece la depositaria de las esencias patrias en Cataluña y la que nos va a venir a salvar a todos de la descomposición de España como nos sale con una pata de banco haciéndole ascos al mal catalán que habla Montilla y guiños a los nacionalistas riéndose del respetabilísimo acento de la ministra más desastrosa que ha dado el zapaterismo. Pero, sin embargo, a mí esto del expediente me parece que no son maneras y que suena a chivateo colegial, a «¡hala, chavala, lo que has dicho, que vas al director!». Suena a fariseísmo, a inquisición de la neorreligión de lo políticamente correcto por la cual podríamos declarar «gato non grato» a aquél que perseguía con impostado acento andaluz a Pixie y Dixie. Suena al ambientillo de caza de brujas de un lado y del otro que ha empezado a instalarse por esta tierra nuestra, tan propensa a las inquisiciones de derechas y de izquierdas. Suena a mal rollo y yo creo que hay que reivindicar aquella «cárcel de papel» de «La Codorniz» que, con el mejor humor de este país, le ponía buena cara a unos tiempos más malos que éstos.

ANEXO: Para ilustrar la diferencia entre SESEO y CECEO, nadie mejor que Rafael Alvarez, "el Brujo".


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