Frases para ciudadanos:

"Todos hemos nacido iguales, y los derechos de cada individuo disminuyen cuando los derechos de uno solo se ven amenazados". (J.F. Kennedy).

"Nada hay más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo". (Victor Hugo)

jueves, 23 de julio de 2009

The Rock of Gibraltar (Angela Vallvey)

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(LA RAZON).- Con la presencia del ministro Moratinos en Gibraltar se ha confirmado lo que muchos sospechábamos: que Gibraltar «é inglé». Eso es lo que se traducirá, como denuncian amargamente algunas voces críticas, de la visita del ministro de exteriores español a la Roca: que estamos consintiendo, que damos el visto bueno a la ocupación. Que los ingleses llevan trescientos años apretando disciplinadamente el rabel contra el duro asiento de The Rock, y que la expropiación se ha consumado por culpa de Moratinos y las ansias dialogantes y negociadoras de ZP. Yo tenía un pariente político que era gibraltareño. Ya murió, no sabemos si a causa de su senectud o por un virulento ataque de patriotismo británico. Cuando le preguntaban cómo se sentía él, si español o inglés, contestaba ofendidísimo: «¿Qué me voy a sentí yo, pisha? ¡Inglé, yo me siento inglé! Mira que os gusta entrá por estribó a lo’ españole…» Mi encantador pariente nunca aprendió ni a decir «Thank you» a pesar de su apostura más «british» que la de la reina Isabel II, que a su lado habría quedado como una pueblerina irlandesa. A veces hacía un esfuerzo por farfullar «en protestante», como él mismo proponía, pero su «inglé era de Traiguén, de Traiguén y güan tu tri», como diría Nicolás Guillén, y era difícil comprenderlo. Ya resultaba una tarea ardua lograr entender qué quería decir en español. De modo que «en inglé»… Misión Imposible. Yo asociaba antes el problema de Gibraltar con el acento de mi allegado: un asunto endemoniadamente espinoso de resolver. Ahora creo que no importa tanto si Gibraltar es británico o español como qué ocurriría si formara parte de España de nuevo: ¿se imaginan el lío para prepararle un estatuto de autonomía a su medida? ¿Qué pasaría con la financiación? Y es evidente que a los gibraltareños les espeluzna la idea de volver a España: no quieren dejar de ser un centro financiero «off-shore» para convertirse en una península de esclavos fiscales «on-socialism». Así es…

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