.
LAS carretadas de dinero que pagan las revistas del corazón por las exclusivas de la foto de una famosa con las domingas al aire en la playa es media pringá comparada con lo que nos cuesta cada foto de ZP en una cumbre internacional al lado de los grandes líderes del mundo universal y mundial. Como el que avisa no es traidor, ya advertí que, en vista de cómo está la economía patria, convenía poner en la mente de nuestros dirigentes un cartel con aquella advertencia que lucían las ventanillas de los antiguos vagones de la Renfe: «Es peligroso asomarse al exterior». Nos sale carísimo cada vez que nuestros gobernantes se asoman al exterior a espurrear millones.
LAS carretadas de dinero que pagan las revistas del corazón por las exclusivas de la foto de una famosa con las domingas al aire en la playa es media pringá comparada con lo que nos cuesta cada foto de ZP en una cumbre internacional al lado de los grandes líderes del mundo universal y mundial. Como el que avisa no es traidor, ya advertí que, en vista de cómo está la economía patria, convenía poner en la mente de nuestros dirigentes un cartel con aquella advertencia que lucían las ventanillas de los antiguos vagones de la Renfe: «Es peligroso asomarse al exterior». Nos sale carísimo cada vez que nuestros gobernantes se asoman al exterior a espurrear millones.
Después de hartarse de reír con la foto de las señoras de los dirigentes del G-8 junto al Papa (la gorda con un mosquitero negro en lo alto de la cabeza, la otra menos gorda con un visillo a modo de mantilla sin peina), habrá visto usted la imagen de ZP con los grandes de los grandes, con esa carita de satisfacción que se le pone cuando está (¡por fin!) junto a Obama, del que quiere ser clónico, par de niñas incluidas. Es muy peligroso cuando ZP aparece en una de esas fotos, haciendo su gesto habitual de encantado de haberse conocido: juntando en ángulo ambas manos delante de la barriga, como si estuviera haciendo el primer tiempo de saludo de las feministas y llevara hecho el signo de su triángulo para alzar ambos brazos. Nos sale carísimo.
¿Usted sabe cuánto nos ha costado que ZP salga en esa foto de la cumbre de L´Aquila? Foto que por otra parte, con tanto G-8, G-14, G-20 o G-27, ha perdido su carácter de club exclusivo. Con decir que estaba allí hasta Gadafi, o Jesús Quintero disfrazado de Gadafi, que para el caso viene a ser lo mismo... ¿Usted sabe cuánto nos ha costado esta vez la foto? Pues gastos de viaje, estancia, dietas, acompañantes, gasolina, aviones oficiales y otras minucias al margen, muchos millones de euros del ala. A mí, la verdad, estas fotos me recuerdan cada vez más esos Premios a la Excelencia que dan a las empresas... previo pago de su importe y tras la asistencia obligatoria de al menos quince personas, pagando, a la cena de entrega, y que luego, para presumir, ponen en sus productos la foto de una estatuilla una jartá chunga con la leyenda «Premio Marketing Excelence 2009».
Zapatero es igual que esos empresarios con ganas de figurar a los que engañan con premios de peaje. Para poder salir en la foto como si fuera un grande y España una potencia mundial, Zapatero ha tenido que aflojar del ala 500 millones de euros para programas de nutrición infantil. ¿Usted sabe qué son los programas de nutrición infantil? Pues yo se lo diré: una cosa para la que ZP da 500 millones de euros que no son suyos, sino nuestros, lo que le permite salir entre los grandes. Estas dádivas y mercedes son como la millonada que los nuevos ricos han de soltar de cuota de entrada para que los admitan como socios en los clubes sociales más exclusivos de nuestras ciudades. Vamos, como el constructor que se quiere hacer socio de Pineda o de Puerta de Hierro.
Y no queda ahí la cosa. Aparte de 500 millones para biberones de los negritos, como somos una potencia mundial sin déficit alguno, ni parados, y como todo nuestro patrimonio histórico-artístico está perfectamente restaurado, y no hay ruina alguna que salvar en España, nos vamos a gastar 40 o 50 millones de euros más, los que haga falta, en la reconstrucción del fuerte español de L´Aquila, porque es de tiempos de Carlos V. Con una amenaza terrible: un arquitecto español dirigirá la reconstrucción. Me imagino que un arquitecto paniaguado del régimen. Como sea uno que yo sé, que se está cargando el Palacio de San Telmo en Sevilla, van aviados con el fuerte de Carlos V. No lo va reconocer ni Carla Bruni, que es italiana.
Así que vuelvo a insistir: por favor, no viajen más al extranjero. No tenemos posición como para permitirnos el lujo de pagar el liderazgo mundial de ZP a tanto la pieza.
Antonio Burgos
(Publicado en ABC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario