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Prohibido hablar de la crisis. Y esto no es una orden, sino un consejo para salir a flote del agujero económico actual. ¿Una segunda recomendación? Trabajar con decencia. Así lo ha afirmado en Pamplona Leopoldo Abadía, colaborador de El Confidencial y autor del libro La crisis ninja y otros misterios de la economía actual, el volumen que está ayudando a sus lectores a comprender la crisis fácilmente.
Hablar de ésta desde una perspectiva diferente le ha llevado a "un éxito entre comillas" a este ingeniero industrial de 75 años que está aburrido de repetir que no entiende de economía, pero al que todos piden consejo. Quizás por ello haya sostenido con firmeza en declaraciones a Efe que "la única persona que puede hablar de la crisis" es él y, entre tanto, apunte como solución al problema que los bancos abran el grifo del crédito para que la gente pueda seguir manejándose y "empiece la recuperación de verdad".
Durante más de 31 años ha sido profesor de Política de Empresa en el IESE y hoy ha acudido a Pamplona para clausurar el Foro Univ 2009 de la Universidad de Navarra, donde durante una hora ha ofrecido la conferencia "Universidad y crisis económica. Una perspectiva diferente".
En esta sesión también ha hablado de su libro, en el que relata cómo a partir de 2002 los bancos norteamericanos comenzaron a ofrecer créditos a personas ninja (no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo y sin propiedades), y cómo las entidades financieras se quedaron sin liquidez y tuvieron que hacer paquetes de hipotecas que vendieron a otros bancos extranjeros en el mercado interbancario.
Fundador y presidente de la consultora Grupo Sonnenfeld, explica que lo "importante es asentar un criterio", y que como no se le ocurren medidas para salir adelante, "pues doy criterios generales que es mucho más cómodo". Comenta que sobre la crisis hay poco nuevo que contar porque todo se repite, al igual que las medidas del Gobierno: "Hoy he leído que Zapatero presenta la novena batería de medidas contra la crisis, y en cuanto a las otras ocho no las conoce ni él ni yo, pero además dice que no descarta la décima".
Abadía considera que se está intentando resolver todo "a base de echar dinero a toneladas", pero centra la cuestión en la necesidad de un impulso al sistema financiero que consiga que los bancos "empiecen a dar dinero a gente normal para sus negocios pequeños y para comprarse un piso". No se corta al afirmar que la banca "tiene tanta porquería que el dinero que le llega lo dedica a sanear esa porquería", cree que la banca "ha adelantado el miedo" y "ha recibido 9.500 millones de euros del Estado para animar a la economía de la gente", que han servido para comprar deuda del Estado, "con lo cual el dinero ni ha salido".
También ha hablado de Solbes, un blanco fácil a la hora de cargar responsabilidades, un ministro que para Abadía "está jubilado desde hace mucho tiempo. No existe, es un señor que dimitió hace mucho tiempo, que viaja, que hace declaraciones y que no se le entiende".
Por eso recomienda a la gente que al escuchar declaraciones de políticos o economistas sobre el final de la crisis, "no se las crean, porque esos señores no tienen la menor idea, porque no saben la dimensión, y yo tampoco", aunque mientras insiste en recomendar una receta sencilla: "trabajar con decencia, que ya ha habido mucho sinvergüenza suelto en esto de la crisis".
Hablar de ésta desde una perspectiva diferente le ha llevado a "un éxito entre comillas" a este ingeniero industrial de 75 años que está aburrido de repetir que no entiende de economía, pero al que todos piden consejo. Quizás por ello haya sostenido con firmeza en declaraciones a Efe que "la única persona que puede hablar de la crisis" es él y, entre tanto, apunte como solución al problema que los bancos abran el grifo del crédito para que la gente pueda seguir manejándose y "empiece la recuperación de verdad".
Durante más de 31 años ha sido profesor de Política de Empresa en el IESE y hoy ha acudido a Pamplona para clausurar el Foro Univ 2009 de la Universidad de Navarra, donde durante una hora ha ofrecido la conferencia "Universidad y crisis económica. Una perspectiva diferente".
En esta sesión también ha hablado de su libro, en el que relata cómo a partir de 2002 los bancos norteamericanos comenzaron a ofrecer créditos a personas ninja (no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo y sin propiedades), y cómo las entidades financieras se quedaron sin liquidez y tuvieron que hacer paquetes de hipotecas que vendieron a otros bancos extranjeros en el mercado interbancario.
Fundador y presidente de la consultora Grupo Sonnenfeld, explica que lo "importante es asentar un criterio", y que como no se le ocurren medidas para salir adelante, "pues doy criterios generales que es mucho más cómodo". Comenta que sobre la crisis hay poco nuevo que contar porque todo se repite, al igual que las medidas del Gobierno: "Hoy he leído que Zapatero presenta la novena batería de medidas contra la crisis, y en cuanto a las otras ocho no las conoce ni él ni yo, pero además dice que no descarta la décima".
Abadía considera que se está intentando resolver todo "a base de echar dinero a toneladas", pero centra la cuestión en la necesidad de un impulso al sistema financiero que consiga que los bancos "empiecen a dar dinero a gente normal para sus negocios pequeños y para comprarse un piso". No se corta al afirmar que la banca "tiene tanta porquería que el dinero que le llega lo dedica a sanear esa porquería", cree que la banca "ha adelantado el miedo" y "ha recibido 9.500 millones de euros del Estado para animar a la economía de la gente", que han servido para comprar deuda del Estado, "con lo cual el dinero ni ha salido".
También ha hablado de Solbes, un blanco fácil a la hora de cargar responsabilidades, un ministro que para Abadía "está jubilado desde hace mucho tiempo. No existe, es un señor que dimitió hace mucho tiempo, que viaja, que hace declaraciones y que no se le entiende".
Por eso recomienda a la gente que al escuchar declaraciones de políticos o economistas sobre el final de la crisis, "no se las crean, porque esos señores no tienen la menor idea, porque no saben la dimensión, y yo tampoco", aunque mientras insiste en recomendar una receta sencilla: "trabajar con decencia, que ya ha habido mucho sinvergüenza suelto en esto de la crisis".
Publicado en EL CONFIDENCIAL. Silvia Lorente (Efe). Pamplona.- 29/03/2009
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