Nuevamente la afilada pluma de Iñaki Ezkerra disecciona el complejo panorama político vasco, para felicitar en LA RAZON a Patxi López por el fracaso de sus oponentes, que no por su éxito. Áún así, lo aceptaremos como lehendakari a falta de algo mejor.
Estima(¿?) ejem, ejem, Patxi:
Quiero felicitarte sinceramente porque no has ganado estas autonómicas vascas y porque no puedes ver cumplido tu dorado sueño de reeditar en mi tierra un tripartito a la catalana con el partido de Madrazo y los de Aralar.
Afortunadamente, esa fórmula catastrófica que es la gran aportación de tu jefe al movimiento surrealista se ha ido al carajo en estas elecciones. Quiero darte la enhorabuena igual de sinceramente porque con los resultados que has obtenido puedas ser lehendakari aunque -eso sí- necesitando del apoyo del PP, lo cual no debe ser para ti una humillación pero sí una lección de humildad que contribuirá a tu formación política y humana, es decir a que hagamos de ti «entre todos» un líder de provecho.
Creo que has tenido mucha suerte sacando unos resultados que te van a defender de ti mismo y de esa chulería con la que ahora finges desdeñar al único partido que te puede llevar a Ajuria Enea. Has dicho estos días que «el PNV no es un régimen ni una religión». Está bien que digas esas cosas, aunque sabes que sí es un régimen y una religión hasta el punto de que has intentado hacerte el súbdito y el converso para rascar algún votillo. Está bien que denuncies esa arrogancia nacionalista, como lo estaría también que abandonaras la que has aprendido de tu propio partido. De poco te habría servido tu éxito si pretendes tratar a tus generosos aliados como el PNV te ha tratado a ti y si vas a validar el famoso dicho de «no sirvas a quien sirvió». Ten claro que los vascos no estamos para serviros ni a Ibarretxe ni a ti ni a nadie.
Me alegraré de que a Basagoiti no le dejes solo con la bandera constitucionalista en esta Legislatura y de que el PP no crezca en ella a costa de tus fracasos, tu entreguismo y tu incoherencia. Me alegraré de que limpies de nacionalistas las instituciones y los medios de comunicación oficiales en Euskadi; de que no actúes como gobernante igual que Aznar, o sea dejando a los anteriores para que le hicieran la cama. Tengo confianza en ello. La verdad es que, más que en ti, en quien tengo una gran fe es en el nepotismo socialista. Sé que colocarás a toda tu gente. Soy realista y prefiero ese cambio a que se quede todo como está. Prefiero a los comisarios que van a cazar ciervos que a los que dejan escapar etarras.
Yo creo en la libertad y en la capacidad que tiene el ser humano de usarla para cambiar tanto a mejor como a peor. Y de la misma manera que algunos que se han erigido en el alma del constitucionalismo han hecho todo lo imposible para que el milagro del cambio no sea posible en Euskadi, también creo que tú, que te sentaste en la mesa de Otegi, tienes la gran oportunidad durante cuatro años de hacerte digno del privilegio que te ha dado el destino.
Quiero felicitarte sinceramente porque no has ganado estas autonómicas vascas y porque no puedes ver cumplido tu dorado sueño de reeditar en mi tierra un tripartito a la catalana con el partido de Madrazo y los de Aralar.
Afortunadamente, esa fórmula catastrófica que es la gran aportación de tu jefe al movimiento surrealista se ha ido al carajo en estas elecciones. Quiero darte la enhorabuena igual de sinceramente porque con los resultados que has obtenido puedas ser lehendakari aunque -eso sí- necesitando del apoyo del PP, lo cual no debe ser para ti una humillación pero sí una lección de humildad que contribuirá a tu formación política y humana, es decir a que hagamos de ti «entre todos» un líder de provecho.
Creo que has tenido mucha suerte sacando unos resultados que te van a defender de ti mismo y de esa chulería con la que ahora finges desdeñar al único partido que te puede llevar a Ajuria Enea. Has dicho estos días que «el PNV no es un régimen ni una religión». Está bien que digas esas cosas, aunque sabes que sí es un régimen y una religión hasta el punto de que has intentado hacerte el súbdito y el converso para rascar algún votillo. Está bien que denuncies esa arrogancia nacionalista, como lo estaría también que abandonaras la que has aprendido de tu propio partido. De poco te habría servido tu éxito si pretendes tratar a tus generosos aliados como el PNV te ha tratado a ti y si vas a validar el famoso dicho de «no sirvas a quien sirvió». Ten claro que los vascos no estamos para serviros ni a Ibarretxe ni a ti ni a nadie.
Me alegraré de que a Basagoiti no le dejes solo con la bandera constitucionalista en esta Legislatura y de que el PP no crezca en ella a costa de tus fracasos, tu entreguismo y tu incoherencia. Me alegraré de que limpies de nacionalistas las instituciones y los medios de comunicación oficiales en Euskadi; de que no actúes como gobernante igual que Aznar, o sea dejando a los anteriores para que le hicieran la cama. Tengo confianza en ello. La verdad es que, más que en ti, en quien tengo una gran fe es en el nepotismo socialista. Sé que colocarás a toda tu gente. Soy realista y prefiero ese cambio a que se quede todo como está. Prefiero a los comisarios que van a cazar ciervos que a los que dejan escapar etarras.
Yo creo en la libertad y en la capacidad que tiene el ser humano de usarla para cambiar tanto a mejor como a peor. Y de la misma manera que algunos que se han erigido en el alma del constitucionalismo han hecho todo lo imposible para que el milagro del cambio no sea posible en Euskadi, también creo que tú, que te sentaste en la mesa de Otegi, tienes la gran oportunidad durante cuatro años de hacerte digno del privilegio que te ha dado el destino.
Sí, Patxi, lo malo de los sueños no es que no se cumplan, sino que se cumplen siempre de otra manera distinta a como uno los soñó.
Yo soñé un día con un Arzalluz derrotado por tu partido y fue derrotado por el propio PNV.
Yo soñé con un momento como éste, pero con otro protagonista.
Y hoy, aunque sé quién eres y sé lo que pretendías, no podré evitar emocionarme cuando oiga esas palabras -«lehendakari López»- resonando en el Parlamento vasco. Así de cursi es uno.
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