Al leer este título, cualquiera podría pensar que Iñaki se ha vuelto loco, pero no, aún está cuerdo y bien cuerdo, para azote de sus detractores, y admiración de sus incondicionales.
La identidad dominante en la España política de hoy es la gallega: uno no sabe si suben o bajan, si van o vienen, si entran o salen. Divertido Iñaki Ezkerra.
Reproduzco a continuación su artículo, publicado en El Correo el pasado día 26-dic.
Me pasó hace poco hablando con una amiga de nuestra enrevesada situación política. De repente me soltó quedándose más ancha que larga: «No me fío de Rajoy porque es gallego». ¿Te das cuenta de que tu argumento es racista o xenófobo -le dije- y de que le estás descalificando por su etnia o su lugar de origen? ¿Te das cuenta de que el nazismo empezó por darles peso político a los tópicos, las generalizaciones y las tonterías que se esgrimían contra los judíos? ¿Te das cuenta de que con ese argumento tan frívolo estás negando la igualdad entre los españoles en la que tan pomposamente dices creer y negando los derechos humanos a los propios gallegos? ¿Te das cuenta de que no sólo es gallego Rajoy, sino de que también lo era Miguel Ángel Blanco? ¿Te gustaría que a ti se te descalificase por ser vasca y considerarte filoterrorista?
Yo es que nunca he creído en los topicones nacionales ni regionales y menos en negar a toda una comunidad un rasgo moral y por lo tanto individual como es la franqueza. Yo es que estoy por la defensa del gallego en el más amplio sentido de la palabra, en el del gallego en general y en particular, o sea en la del pobre Rajoy. 'Todos somos Mariano'. O, dicho de manera más autocrítica, aquí hoy todos somos gallegos. Aquí de nadie se sabe si sube o si baja.
Gallego es Urkullu que, además de pertenecer a una familia que sólo habla con la letra 'u' no se sabe si está lejos o cerca de Ibarretxe. Gallego es Zapatero que no se sabe si entra o sale de los errores de la pasada legislatura. Gallego es el partido de Rosa Díez al que tan pronto 'se la suda España' como se le presenta como la última alternativa para defender 'las esencias patrias que ha abandonado el PP'. Gallego es Alcaraz, que dice que se va de la AVT pero vuelve a los seis meses para intentar un golpe de mano. Gallegos son Esperanza Aguirre y Vidal-Quadras, que no se sabe si van o vienen de Génova. Gallego y más gallego que nadie fue Sabino Arana que cuando la estaba palmando no se sabía si quería separarse de España o fundar la Liga Vasco Españolista. Gallego es Mayor Oreja que rechaza al actual PP pero quiere representarlo en las europeas. Bueno, ése no es que sea gallego sino el colmo. Ése le regaló a María 'la barquiña pra ir a navegar' pero él se quedó en 'terra' con la excusa de la morriña.
Yo es que ya no me fío de los que no se fían de Rajoy y de los no se sabe si suben o si bajan, si están en el PP por principios o hacen un uso utilitario de los principios para que el PP se estrelle y luego heredarlo. Yo es que no creo en los tópicos -como digo- o creo que la crisis nos ha vuelto a todos catalanes agarrados, cucos santanderinos, brutos vizcaínos como el del Quijote, avaros como los franceses, tristes como los rusos...
Yo es que nunca he creído en los topicones nacionales ni regionales y menos en negar a toda una comunidad un rasgo moral y por lo tanto individual como es la franqueza. Yo es que estoy por la defensa del gallego en el más amplio sentido de la palabra, en el del gallego en general y en particular, o sea en la del pobre Rajoy. 'Todos somos Mariano'. O, dicho de manera más autocrítica, aquí hoy todos somos gallegos. Aquí de nadie se sabe si sube o si baja.
Gallego es Urkullu que, además de pertenecer a una familia que sólo habla con la letra 'u' no se sabe si está lejos o cerca de Ibarretxe. Gallego es Zapatero que no se sabe si entra o sale de los errores de la pasada legislatura. Gallego es el partido de Rosa Díez al que tan pronto 'se la suda España' como se le presenta como la última alternativa para defender 'las esencias patrias que ha abandonado el PP'. Gallego es Alcaraz, que dice que se va de la AVT pero vuelve a los seis meses para intentar un golpe de mano. Gallegos son Esperanza Aguirre y Vidal-Quadras, que no se sabe si van o vienen de Génova. Gallego y más gallego que nadie fue Sabino Arana que cuando la estaba palmando no se sabía si quería separarse de España o fundar la Liga Vasco Españolista. Gallego es Mayor Oreja que rechaza al actual PP pero quiere representarlo en las europeas. Bueno, ése no es que sea gallego sino el colmo. Ése le regaló a María 'la barquiña pra ir a navegar' pero él se quedó en 'terra' con la excusa de la morriña.
Yo es que ya no me fío de los que no se fían de Rajoy y de los no se sabe si suben o si bajan, si están en el PP por principios o hacen un uso utilitario de los principios para que el PP se estrelle y luego heredarlo. Yo es que no creo en los tópicos -como digo- o creo que la crisis nos ha vuelto a todos catalanes agarrados, cucos santanderinos, brutos vizcaínos como el del Quijote, avaros como los franceses, tristes como los rusos...
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