Frases para ciudadanos:

"Todos hemos nacido iguales, y los derechos de cada individuo disminuyen cuando los derechos de uno solo se ven amenazados". (J.F. Kennedy).

"Nada hay más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo". (Victor Hugo)

domingo, 10 de enero de 2010

Iñaki Ezkerra: 'El victormanuelista pasivo'

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(LA RAZON).- El Ministerio de Trinidad y Consumo anda dando con entusiasmo y denuedo las últimas pinceladas a esa reforma anunciada de la Ley contra el tabaco con la que va a conseguir hacernos la vida un poco más difícil en este 2010. Pero ¿qué me dicen de la contaminación acústica? ¿No va a hacer nada contra ella este Gobierno? Se habla mucho del fumador pasivo pero yo, por ejemplo, tengo un amigo que es un «victormanuelista pasivo» y no porque sea un admirador del rey Víctor Manuel III sino porque padece alergia a la música de Víctor Manuel, pero de repente, en una cafetería o en un taxi, tiene que tragarse por sorpresa y contra su voluntad lo de «el abuelo fue picador allá en la mina» aunque eso afecte a sus nervios, aunque le produzca un profundo constreñimiento del ánimo y repercuta de modo general en su precario estado de salud. Mi amigo cuando escucha una canción de Víctor Manuel se pone a morir el pobre. Afortunadamente para él, ese cantante ya no está de moda y hace siglos que no saca un disco, pero recuerdo que hace años las pasó canutas. Y todavía hoy tiene que andarse con tiento porque siempre hay un hilo musical que le ataca a traición con una reposición nostálgica de «mozos subiendo a la romería» en una oficina o en una sala de dentista. Y quien dice Víctor Manuel dice Alejandro Sanz o aquel Miguel Bosé que nos ponía del hígado «queriendo ser nuestro amante bandido». ¿Cuánta gente no ingresa en urgencias con una crisis de ansiedad porque le ha pillado en un metro o en un aeropuerto una canción de Ramoncín? ¿Cuántas son realmente las víctimas de Alejandro Sanz? ¿Cuántos los bosistas y los ramoncinistas pasivos? Queremos saber. El Gobierno oculta estas cifras por no alarmar a la población. Pero se podría hablar de un verdadero holocausto.

Yo creo que los bares y demás locales públicos deberían tener espacios habilitados donde la gente que quiere escuchar a Víctor Manuel o a cualquiera de sus colegas de la SGAE lo haga con respeto y sin perturbar al prójimo, sin invadir el terreno auditivo del otro. Yo creo que habría que crear una SGAE paralela de usuarios que cobremos por la música que se nos impone y que nos tragamos sin comerlo ni beberlo. Aquí o jugamos todos o rompemos la baraja. En España el asociacionismo de los consumidores anda todavía muy débil, pero va a tener que ponerse a la altura del asociacionismo de los «creadores» aunque sea sólo en legítima defensa.

Cuando los gobernantes españoles (incluidos los autonómicos) se ilusionan tanto con la idea de prohibirnos cosas –las descargas de internet, fumar en los espacios públicos, los toros en Cataluña…– es porque no se han dado cuenta de que si hasta ahora les hemos aguantado a ellos ha sido precisamente porque nos aliviaban la vida esas mismas cosas que ahora tratan de prohibir. Si hemos soportado que España se llamara «socialdemocracia» cuando no tiene una enseñanza pública ni lejanamente parecida a la francesa; si hemos padecido estoicamente el paro y unos subsidios de desempleo miserables, una seguridad social insegura, unos gobiernos de risa que han sido y siguen siendo los peores de Occidente, es porque la vida nos compensaba con esos lujos sencillos. Pero si la España que hemos conocido se va a terminar para llevarnos lo peor de Europa, esos gobernantes ya pueden empezar por mirarse al espejo. Porque vamos a querer ser europeos, pero en serio.

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