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(Cotizalia).- No sé si os ha pasado a vosotros. Pero, a veces, empiezas a leer cosas, a oír cosas y a ver cosas y te armas un lío. Eso de que “la información es poder” siempre me ha parecido una absoluta majadería, y los que lo practican, unos solemnes majaderos.
Porque seguramente nunca hemos tenido más información que ahora. Y al ver el uso que muchos de los que nos mandan hacen de la información que reciben, uno pide para ellos la ayuda del Espíritu Santo. Porque recuerdo que en el Catecismo de Astete-Vilariño, que estudié en el Colegio, decía que uno de sus dones era el de Sabiduría.
Estoy seguro de que el Espíritu Santo sigue tan activo como siempre. Pero como a Dios se le ocurrió hacernos libres -grave error, según dice un amigo mío, que es de los que cree que si él fuera Dios otro gallo nos cantara-, oímos cada estupidez y vemos cada cosa que piensas que, cuando el Espíritu Santo sopla, algunos se ponen de lado, para no enfriarse.
Los que entienden de esas cosas que nos van llegando y que, además, han estudiado en Harvard, en Berkeley o en la English School de Badajoz, les llaman inputs.
Hace mucho tiempo, antes de que supiéramos que se llamaban inputs, Mingote, que es un genio de la sabiduría y que cuando le sopla el Espíritu Santo levanta rápidamente las orejas para que le entre más, publicó un chiste en ABC en el que aparecía un señor de mediana edad, con cara acongojada. Tenía un cartel sobre la mesa que ponía “Ejecutivo” y montones de papeles encima, todos revueltos.
El pobre “ejecutivo” miraba los papeles y decía algo así como: “Ya tengo todos los informes, todos los estudios y todas las estadísticas. Ahora sólo falta que se me ocurra algo”.
Mingote, además de genio, es profeta, como puede verse. Porque ese chiste es de hace más de 30 años y parece que está retratando a nuestro Presidente en funciones y a nuestros Ministros en no funciones, llenos de papeles, con informes en los que dice que el PIB subirá algún día un 0.1 % y entonces sacan cohetes para tirarlos en la próxima verbena de San Juan y con otros informes que dicen que la confianza de los españoles sube, aunque no se sabe de qué confianza hablan ni en qué dirección sube la confianza.
Quizá son confianzas parciales. Puede ser que sea confianza de los del Madrid en Mourinho, que es bastante chuleta y que, seguramente por eso, cada vez me cae mejor. (Para compensar, también me cae bien Guardiola, que es más discreto. Aunque todos sabéis que el que mejor me cae es el entrenador del Zaragoza, que no es chuleta, porque no puede, y es discreto, porque qué va a hacer).
Bueno, pues van llegando cosas, unas buenas y otras malas. Y el Gobierno ya no se pierde, porque se perdió hace muchos años -unos seis- y porque el Gran Timonel (en funciones) está rezando a la Patrona de León, que no sé qué Virgen es (la Virgen del Camino), pero a la que seguro que él le tiene mucha devoción, porque lo aprendió de su abuelo, que en paz descanse.
A mí no me preocupa nada nuestro Presidente. Si se perdió, se perdió. Si sigue como Presidente en funciones, que siga. Para mí, hace tiempo que dejamos de tener Presidente en “nuestra querida España”, que es el último input que he recibido de un amigo que dice que está preocupado por nuestra querida España y que su Autonomía y su pueblo le importan tres pitos.
A mí me preocupa la gente de la calle, seguramente porque yo soy uno de la calle. Y me preocupan todos los vaivenes que sufrimos a diario. Que si subo los impuestos, que si no los subo, que si se los subo a los ricos, que si usted es rico, que si no lo es, que si los Ayuntamientos se pueden endeudar, que si no se pueden, que si las cajas se fusionan, que se fusionan pero con fusión fría, que si unos señores crean la Banca ética, con lo cual debe haber una no ética, que si la patronal y los sindicatos avanzan en la reforma laboral, que si no avanzan, que si el Gobierno dice que tienen que avanzar porque si no, el día 7, nos pegarán en Bruselas otra bronca (y ya van varias).
Y uno, como es mayor, se acuerda de una canción de los años 40 o así, que hablaba de que una moza iba por la vida como barco sin timón. ¡Otro profeta el autor de la canción!
Y, entonces, nos ponemos a discutir de cosicas. ¿Le parece a usted bien que congelen las pensiones? ¿Le parece a usted bien que bajen el sueldo a los funcionarios?
¡¡Que las cosas no van por ahí!! ¡¡Que van por otro sitio!!
Las cosas van por los siguientes sitios:
1. España es una familia mal administrada. Lo he dicho muchas veces, pero, como no se me ocurre otra cosa, lo repito y así me convenzo más.
2. La familia tiene un jefe, que el pobrecico se tenía que haber ido la semana pasada. Y no se fue. ¡Y cuidado que se lo recomendé! No sé si le podíamos animar ofreciéndole una condecoración importante que luciera mucho (el Toisón de Oro, no, que es para otro tipo de personas y que hay que devolverlo cuando te mueres.)
Además, le podíamos ofrecer una pensión generosa, exenta de impuestos, vitalicia y, si me apuráis un poco, extensible a la primera generación de descendientes. Ya sé que esto es un poco caro, pero siempre nos saldrá más barato que soportarle en su puesto.
3. La familia tiene unos hijos, que algunos dicen que no quieren ser hijos y que quieren ser muy autónomos, pero mucho. A estos hijos les ha dado por hacer lo mismo que su padre -los malos ejemplos se pegan- y se han puesto a gastar como si fueran ricos.
4. Aquí hace falta aclarar lo de “como si fueran ricos”, porque con esto del crédito fácil e indiscriminado, y de que hay que consumir, porque si no consumimos qué hacemos en este mundo, nos hemos lanzado a la vorágine y hemos escrito una carta a los Reyes Magos todos los días. Y si un día, por descuido, los Reyes Magos no han leído la carta, organizamos una zapatiesta, porque tenemos el derecho de vivir en el Estado del mucho bienestar.
5. Y luego, hay más hijos. Quizá son nietos. Se llaman Ayuntamientos. Aquí hay unos que cumplen sus deberes y otros que no. Lo que pasa es que los que no hacen cada cosa…
6. Mucha gente ha hecho maravillas. Se les ha olvidado de aquello de que para gastar hay que tener, que es algo muy viejo y que nuestras abuelas ya lo decían.
7. Y luego ha pasado que se ha esparcido lo de la corrupción. Esto es muy viejo y nadie tiene que asombrarse. Porque en la Biblia dice que apareció la serpiente y Adán y Eva hicieron el bobo (primero Eva, luego Adán, por aquello de que las señoras, primero), y dejaron a la humanidad tocada de ala. Y los ingenuos, o los que no han leído la Biblia, siguen admirándose de que haya corrupción.
8. Y luego ha pasado que en esto de la justicia hay un ambiente de chantaje permanente sobre algunos jueces, para que decidan pronto lo que a mí me conviene.
9. Y además, está lo de la reforma laboral, que no acabo de saber qué es y cómo soy muy simplón, pienso que es abaratar el despido. Y punto. Y pienso que, al final, se abaratará de algún modo. Hace tiempo nos gustaba el modelo alemán, luego nos gustó el austriaco, pero, al final, yo creo que de lo que se trata es de conseguir que el que se mete en un negocio, que tal y como están las cosas, necesita un cierto grado de chaladura y de valentía, cuando vaya a contratar personas no piense que ese contrato es como un matrimonio, indisoluble.
10. En esto de la reforma laboral yo podía haber consultado con mi amigo Sandalio, un profesor del IESE que, en esto y en otras muchas cosas, es una autoridad. Pero he preferido no consultar a nadie y escribir lo que me da la gana, porque esto de la libertad cada vez me gusta más. (En secreto os diré que nunca he fumado porque nunca me ha apetecido, Pero desde que han aparecido las prohibiciones, me apetece mucho. Lo que pasa es que me coge un poco tarde).
11. Seguramente, en la reforma laboral habrá que poner algo sobre los convenios colectivos, porque me parece que hay empresas a cuyos dirigentes y a cuyos dirigidos les encantaría llegar a acuerdos entre ellos, sin estar atados por lo que deciden los señores esos que organizan manifestaciones y amenazan con la huelga general.
Y no sé si hay más cosas. Seguro que sí. Pero si sabemos estas, veremos que lógicamente, subirán los impuestos, que lógicamente bajarán los gastos públicos, que lógicamente algún Vicepresidente y algún Ministro se irán a la calle, que lógicamente algunos centenares de parlamentarios autonómicos tendrán que buscarse otro empleo, que algunos asesores tendrán que buscar otros a quien asesorar y que, si Dios quisiera (¡y que quiera, por favor!), nuestro Presidente en funciones se iría a León, de donde nunca debió salir.
P.S.
1. ¡Hay genta mala por el mundo! El otro día dije que el Presidente en funciones debía irse a León y, en uno de los comentarios, alguien me escribió: “y ¿qué culpa tenemos los de León? ¡Que se vaya a Valladolid!”
2. Si vamos por este camino, también podrían preguntarse algo parecido los de Valladolid.
3. Mientras no se vaya a Zaragoza, que haga lo que quiera.
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