(La Razón).- Hay algo que a uno le resulta extraño y sospechoso de quienes proclaman a los cuatro vientos que «el Gobierno está negociando con ETA». Y es que en ningún momento echan la menor flor al cambio vasco y a quienes lo han hecho posible. Parece lógico pensar que alguien que estuviera tan preocupado por ETA tendría que ser el primero en valorar lo que a todas luces es un paso histórico contra ETA, como contra el nacionalismo que creó a ETA y que le ha dado calor. Sin embargo, no es así. Lo que no han dejado de vaticinar también esos agoreros de la negociación es la desaparición del PP de Basagoiti, tesis que rebaten los datos del Euskobarómetro que les dan a los populares vascos tres décimas de ascenso en intención de voto. Sería un error atribuir el descenso simultáneo de Patxi López a otra cosa que no sea el desgaste de Zapatero.
Y sería un error de Zapatero que, por intentar vendernos un éxito tan improbable como el suicidio de ETA, negociara o, sin negociar, le diera a ETA el billete para las municipales y echara por la borda ese cambio en Euskadi, el único verdadero éxito político que de verdad ha tenido desde que llegó al poder y que podrá poner en la balanza para contrapesar sus innumerables errores. ¡Paradojas de la vida!
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