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"Todos hemos nacido iguales, y los derechos de cada individuo disminuyen cuando los derechos de uno solo se ven amenazados". (J.F. Kennedy).

"Nada hay más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo". (Victor Hugo)

lunes, 4 de agosto de 2008

Ernesto Ladrón de Guevara: "Ermua, o un parricidio moral"

Redacción Minuto Digital

Declaraciones de Ernesto Ladrón de Guevara, en apoyo de Iñaki Ezkerra, presidente de Foro Ermua:

El Foro Ermua que nació el 13 de febrero de 1998 y del que yo fui secretario dos años después, tiene pocos parecidos con éste que ahora circula. Aquel nació de la mano de Iñaki Ezkerra y los que ahora le desean quitar de presidente son los responsables directos del alejamiento del espíritu fundacional. Con esta operación contra el único de sus fundadores que queda se trata de rematar una tarea emprendida hace años.

El paso es grave porque Ezkerra no es uno más de los fundadores del foro Ermua. Su gestación se produjo cuando un grupo de tres profesores de la Universidad del País Vasco que tenían esbozado un manifiesto con el título de “Manifiesto por la democracia en Euskadi” entró en contacto con el escritor vasco durante un acto de presentación de la revista “Cuadernos de Alzate” en Bilbao. Aquella misma tarde esos tres profesores se habían reunido con otros de San Sebastián para mostrarles el texto. Unos y otros lo habían leído coincidiendo en la necesidad de que el PSOE se uniera con el PP en un frente contra ETA y contra el nacionalismo que ya apuntaba sus connotaciones rupturistas; así como de que el primero dejara definitivamente de buscar diferencias artificiales en la lucha antiterrorista para marcar su territorio político.

En aquellas fechas flotaba el rechazo impostado que ciertas voces socialistas habían mostrado hacia un vídeo sobre Miguel Ángel Blanco promovido por Jaime Mayor Oreja. El claro posicionamiento de Iñaki Ezkerra en la prensa contra esas críticas forzadas y a favor del necesario consenso político que debía imperar entre los dos grandes partidos nacionales fue el acicate para aquella primera toma de contacto en aquella presentación que tuvo lugar en la Sociedad Bilbaína y que rendiría sus frutos unos días después.

Fue Iñaki Ezkerra el que propuso a estos tres profesores que aquel manifiesto posibilitara la formación de un colectivo amplio y no reducido al mundo académico sino ampliado a todos los sectores de la sociedad civil que diera continuidad organizativa a dicha iniciativa. Fue Iñaki Ezkerra quien les planteó, tras un contacto que celebró con un grupo de intelectuales catalanes que constituían el Foro Babel, que de la misma manera se debía constituir un Foro Ermua con representantes del mundo universitario, artistas, periodistas y pensadores, para crear un cuerpo doctrinal que permitiera rescatar los elementos sustanciales de carácter democrático y de convivencia cívica en un lugar tan castigado por el totalitarismo como el vasco. Y así nació el Foro Ermua.

Iñaki Ezkerra, por tanto, es la persona que mejor representa a aquel fundamento cívico que configuró de forma orgánica el Foro Ermua. Él fue quien le puso el nombre y quien organizó la mesa fundacional del 13 de febrero de 1998. Fue quien la presentó a los medios de comunicación como consta en las hemerotecas y quien a las pocas semanas redactó los primeros Estatutos. Fue quien los llevó al Registro de Asociaciones después de organizar su primera Junta Directiva en Bilbao bajo la presidencia de Vidal de Nicolás. Fue, en definitiva, quien impidió, al hacerlo Asociación, que aquel Foro se disgregara a merced de los embates nacionalistas y de cierto sector del PSE que no deseaba que la iniciativa se consolidase. Fue quien aguantó las peores embestidas de aquellos primeros tiempos con otros que, como yo, cogimos enseguida el testigo, fue, también, quien me propuso para Secretario dos años después del nacimiento del colectivo. Por todo eso, lo que ha sucedido estas pasadas semanas en el Foro Ermua, es un “inexplicable” golpe de mano que, a los nueve meses de ser elegido, ha tratado de apartarle de una presidencia para la cual fue votado. Teóricamente, por una mera cuestión práctica el mandato debía durar cuatro años. Por eso, aparte de una inaceptable bajeza, constituye un verdadero “parricidio moral”.

Quienes ahora se erigen confusamente en dirigentes del Foro Ermua son gentes que llegaron mucho más tarde y con las que Iñaki Ezkerra ha tenido que bregar para que no desvirtuaran el espíritu inicial de la Asociación que yo conocí y de la que me distancié cuando esas personas comenzaron a tomar posiciones dentro de la organización, pues yo discrepaba con los elementos clave que irían desconfigurando esa Asociación. Muchos de los primeros representates del Foro Ermua nos hemos distanciado de este grupo cívico, pues han ido cambiando sus protagonistas y probablemente también tanto el fondo de la cuestión como la forma. No hay más que comprobar que en la página web de dicho Foro han desaparecido los documentos fundacionales y manifiestos tan importantes y significativos como el que llevamos a Estrasburgo nada más inaugurarse el siglo en el que nos encontramos, en momentos muy graves de conspiración de los nacionalistas y ETA en el Pacto de Estella.

En aquellos tiempos difíciles Agustín Ibarrola presentó sobre un caballete su creación de un simbólico faro que fue inspirado, paradójicamente, por Arzalluz cuando torpemente atacó la idea del Foro con aquella expresión “Ese faro…”. Pues bien, aquel incipiente Foro se convirtió en un faro que procuraba guiar las percepciones de los ciudadanos que aún no estaban tocados por un nacionalismo deshumanizante. Hoy ese mismo Agustín Ibarrola, que no ha variado un ápice su posición de combate a un régimen expropiador de las libertades de los vascos, ha cedido simbólicamente un nuevo faro a Iñaki Ezkerra, puesto que una gente que se aproximó al Foro tardíamente pretende adueñarse de la Asociación por los peores y menos legales medios, uno de ellos el de borrar del censo del colectivo a los testigos incómodos como yo.

En un comunicado fechado el 29-7-2008 que ha llegado a mis manos se esgrime que yo no soy socio del Foro Ermua y que presenté un escrito renunciando a esa condición. Mediante este artículo emplazo públicamente a quienes han elaborado esa comunicación a que expongan el escrito por el cual renuncié a ser socio del Foro Ermua, puesto que si no lo hacen -como es evidente que no lo van a poder hacer porque no existe- evidenciarán la mentira que se suma a otras en las que están incurriendo con una desfachatez que les invalida para representar una institución de esa naturaleza. También quiero expresar que hay otros socios del Foro Ermua que igualmente no han sido convocados a la Asamblea donde se intentó consumar la defenestración de Ezkerra, lo que demostraré mediante pruebas testificales en el momento procesal oportuno. El citado comunicado tenía como obvia finalidad arrojar sombras sobre mi testimonio en la rueda de prensa en la que participé el 30 de julio junto con Iñaki Ezkerra a cuyo lado estaré cuantas veces sea necesario porque un Foro que ofende a quien jugó el papel más importante en su creación y a quien más ha dado por él, o sea un Foro que mata al padre, está firmando su propia defunción ideológica.

Ernesto Ladrón de Guevara fue secretario de Foro Ermua

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