La decisión del Ayuntamiento de Santander de presentar la candidatura de la ciudad para ser Capital Europea de la Cultura en el año 2016 es una iniciativa acertada que puede suponer un fuerte impulso para la capital de Cantabria, ya que si logra ser la elegida será necesario realizar reformas e inversiones para afrontar ese reto. Los precedentes de otras ciudades indican que un evento de esa dimensión transforma y moderniza los espacios urbanos. El hecho de que la candidatura esté respaldada de forma clara y sin fisuras por el Gobierno de Cantabria y por el Banco Santander es una garantía de que se puede presentar un proyecto atractivo, capaz de competir con otras urbes que pugnan ya por obtener la designación.
Santander cuenta con una serie de elementos que consolidan su aspiración y que, sin duda, serán tenidos en cuenta por el órgano que deba decidir: una larga y profunda tradición cultural con elementos actuales de tanta importancia como el Museo de Prehistoria -sin duda el mejor del mundo en arte paleolítico- , la Biblioteca Menéndez Pelayo, la Universidad de Cantabria con sus diferentes 'aulas' de proyección cultural y los cursos de verano, el Festival Internacional, el Concurso de Piano, la Fundación Marcelino Botín, que lleva a cabo una programación extraordinaria -la muestra de este año de Jean-Michel Basquiat es un buen ejemplo-, el Ateneo, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo con una actividad de primer orden y para esa fecha se dispondrá ya de la Biblioteca, archivo que se ha construido en el antiguo edificio de Tabacalera en la calle Marqués de la Hermida.
La carrera para la nominación no es sencilla, ya que existe una fuerte competencia y nuestra ciudad parte con cierto retraso. Sin embargo la imagen cultural de Santander es muy potente y, si se trabaja duro y bien, se puede lograr la victoria. Otras urbes que ya han acogido este evento han tenido excelentes resultados porque el atractivo de ser sede europea genera un flujo de visitantes muy elevado y, en consecuencia, de ingresos y porque para hacer frente a ese reto será imprescindible poner a punto una serie de proyectos que ahora se encuentran en fase de letargo.
El trabajo en equipo del Ayuntamiento, Gobierno regional y banco Santander es imprescindible para que sobre esa base se puedan adherir otras instituciones hasta conformar un núcleo capaz de abordar un proyecto tan ambicioso.
Los primeros pasos deben darse con urgencia: formar un equipo profesional que se encargue de la gestión de la candidatura y de elaborar un proyecto sólido, inteligente, ilusionante y pragmático que coloque a Santander en la posición de cabeza para la elección de sede. Nuestra ciudad necesita retos para avanzar, esta ventana de oportunidad de ser Capital Europea de la Cultura es extraordinaria y debe ser aprovechada al máximo y recibir el apoyo de todos.
COMENTARIO DE CIUDADANOS (C's):
Santander quiere ser Capital Europea de la Cultura en 2016. Para ello ha iniciado una carrera contrarreloj que concluirá en 2012. Durante los próximos cuatro años deberá desarrollar todo un proyecto cultural que eclipse a los que presentarán otras muchas ciudades españolas aspirantes (por el momento hay 16) a obtener este título, que otorga la Unión Europea. España compartirá este título con otra ciudad polaca.
El próximo día 19, según explicó el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, se presentará esta iniciativa a la sociedad cántabra en el Palacio de la Magdalena, arropada por los tres dirigentes de las instituciones que la liderarán: Íñigo de la Serna, Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, y Emilio Botín, presidente del banco Santander. Además de explicar las características del proyecto y desvelar puntos de su contenido, se firmará el manifiesto Santander 2016, al que se podrá adherir todo aquel que lo desee.
Se trata, apuntó De la Serna, de una «gran oportunidad de proyectar Santander hacia Europa y el mundo». De resultar elegida la capital cántabra como Capital de la Cultura resultaría «un honor ser la referencia cultural de millones de europeos», apostilló.
Colaboración
Pero dada la envergadura de este proyecto, el alcalde resaltó la importancia de la colaboración y consenso de las instituciones políticas y a los agentes sociales. Para ello, el equipo de gobierno municipal «hará lo posible para que no haya colores políticos ni partidismos», sino que se trate de un proyecto «para las personas».
Indicó que se trata de un momento «singular y único» para «involucrar a los ciudadanos» en esta actuación. Recordó cómo los cántabros, ante determinados eventos deportivos relacionados con la región, se sienten «orgullosos» y «manifiestan su ilusión». Algo que deseó se repitiera con este proyecto. De la Serna apuntó que la candidatura servirá como «motor de desarrollo». Será «una ocasión única para la puesta en marcha de proyectos ya redactados» y se generarán «nuevas iniciativas» que «enriquecerán» a Santander, principalmente en lo que a infraestructuras se refiere. A este respecto nombró el Museo de Cantabria, que deberá de «acelerar los trámites» para su construcción y que será una de las «bases más sólidas de la candidatura».
También apuntó que todas estas actuaciones o actividades no se diseñarán únicamente para el año 2016, sino que las infraestructuras y dotaciones «perdurarán en el ciudad», con el objetivo de que permitan a Santander dar «un salto cualitativo hacia la modernidad».
Tras la presentación en el Palacio de la Magdalena, para la preparación de la candidatura se crearán diferentes comisiones, como el Consejo de Participación o el Asesor.
«Habrá rivalidad»
De la Serna aclaró que «habrá competencia y rivalidad» con otras ciudades españolas, pero «pensamos que estamos a la altura», ya que «contamos con apoyos sólidos de instituciones públicas y privadas» y, además, «tenemos las ideas claras. De lo contrario no hubiéramos presentado el proyecto a los medios de comunicación».
Entre las principales rivales de Santander están ciudades como Córdoba, que firmó su manifiesto a finales de 2002, por lo que lleva seis años de ventaja en la preparación. Otras como Cuenca presentaron su candidatura en enero de 2007.
Pero aún así, de no conseguir la candidatura («que se conseguirá»), la «ciudad ya saldría ganando», aseguró el alcalde, en referencia a las diferentes actuaciones que se desarrollarán en la capital cántabra en los próximos años.
Según las bases del programa, la designación de la Capital Europea de la Cultura contribuye a valorar la riqueza, la diversidad y las características comunes de las culturas europeas y permite un mejor conocimiento mutuo entre los ciudadanos de la Unión Europea.
El origen de todo este proceso está en Grecia en el año 1983. La idea de designar una ciudad europea como capital de la cultura surgió con el objetivo de poner en valor el patrimonio cultural de las ciudades europeas. Desde entonces, las urbes españolas que han obtenido este reconocimiento han sido Madrid en el año 1992, Santiago de Compostela en el 2000 y Salamanca en el 2002.
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