Frases para ciudadanos:

"Todos hemos nacido iguales, y los derechos de cada individuo disminuyen cuando los derechos de uno solo se ven amenazados". (J.F. Kennedy).

"Nada hay más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo". (Victor Hugo)

domingo, 27 de septiembre de 2009

Alfonso Ussía: 'La foto'

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Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Alfonso Ussía.

Los verdaderos culpables de la famosa foto, son los padres, que no han sabido llevar la situación, ni educar a sus hijas, ni enseñarlas a vestir con buena educación, respeto y formalidad en los actos públicos, ni imponer su autoridad paterna cuando no les hacen caso. Grandes fallos.

LA FOTO (artículo publicado en LA RAZÓN)

No se habla de otra cosa que de la foto. La foto por definición. En ella aparecen dos menores de edad, las hijas de Zapatero y Sonsoles Espinosa. Toda suerte de opiniones y comentarios. Lo cierto es que la foto ha roto, y de qué manera, la discreción de cinco años. No tengo muy claro que las hijas de un Presidente del Gobierno no puedan ser fotografiadas. Lo son las hijas de Obama y nada sucede. Lo son las hijas de los Príncipes de Asturias y no pasa nada. Pero hay que respetar la decisión de los padres. Para mí, que ese ocultamiento responde a la explotación que en los últimos años han hecho determinados famosos de sus hijos. Pero no es el caso del matrimonio Rodríguez Zapatero-Espinosa. Todo se mueve sobre un finísimo hilo que establece la frontera entre lo correcto y lo indeseable.

En la foto, los que quedan mal –y lo siento porque añado un disgusto al ya padecido–, son los padres de las menores fotografiadas. Y me voy a explicar. Las hijas del Presidente del Gobierno son muy libres de vestirse como quieran en la intimidad. Y los padres de las hijas del Presidente del Gobierno tienen el deber de mantener una estética en sus niñas cuando van de visita. Eso tan antiguo de ir de visita a otra casa. No sólo para visitar al Presidente de los Estados Unidos y su mujer, sino para ir a la casa de la tía Crescencia, que también merece un detalle de atención y respeto. Precisamente porque son menores, los padres tienen la autoridad de decirles a las niñas. «Cambiaros, que así no podéis ir a ninguna casa normal».

Paso por encima de las niñas, que son menores, que merecen todo mi respeto y simpatía y que no tienen la culpa de lo que ha sucedido. Pero no puedo pasar de su indumentaria. Acto privado o acto público no es el debate. Fotografía familiar o fotografía oficial, tampoco. Buen gusto o mal gusto –es decir, nula intención de respetar con la apariencia–, sí. Las hijas de un mandatario no pueden visitar junto a sus padres a otro Jefe de Estado o primer Ministro con túnicas negras, pulseras marchosas y botas militares. Y esas niñas lo han hecho así porque sus padres no les han explicado que una cosa es vestirse para su casa y sus amigos y otra muy diferente hacerlo para visitar a un Presidente de los Estados Unidos.

Las víctimas de la foto son las hijas. Estoy seguro de que no van a repetir la experiencia. Hoy, en el mundo, es prácticamente imposible guardar el carácter privado de un documento fotográfico. Vuela a mil kilómetros por décima de segundo de una lado al otro de la tierra. Muchos de los internautas han hecho mofa y escarnio de dos inocentes. No de sus personas, sino de su manera de vestir. «Góticas» les dicen. Y todo eso lo podrían haber remediado sus padres con un poco de sentido común. Servidor no es nadie, como decía Tono. Pero aún así, si me reclama el Rey, o el propio Presidente del Gobierno para acudir a visitarlos en compañía de mis hijos, que no son menores, y mi hija se presenta con una túnica negra, pulseras malonas y botas militares, le digo que no, que así no me acompaña a ninguna parte. Antes hablaba de gusto, y no es eso. Todo se reduce al respeto y al sentido común. La indumentaria «progre», que es la más cara y pensada de todas, para casita y nada más. Sentido común en los padres y buena educación en las hijas. Lo que ha fallado.

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