
Hoy hace ya más de 2000 años, según la tradición cristiana, nació Jesús de Narazet en la ciudad de Belén. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y parece que las cosas no serían ni parecidas a como la tradición cristiana cuenta que fue aquel momento.
La historia no cuenta cómo entraron José y la virgen María en la ciudad de Belén, pero lo que sí sabemos es que si tuvieran que hacerlo ahora tendrían que esperar junto a un muro con más de nueve metros de alto coronados por alambres de espino y custodiado cada 200 metros por una torreta donde aguardarían militares israelíes con ametralladoras automáticas que registrarían y verificarían su documentación.
Si eres palestino residente en Cisjordania, automáticamente tu paso está restringido a una de las dos entradas, mientras que si eres palestino con una tarjeta de identificación de Israel o Jerusalén, entonces puedes usar ambos al igual que si eres israelí. María y José tendrían que atravesar el muro empujando un torno mientras los militares israelíes les encacoñan ante la posibilidad de que fueran terroristas suicidas.
Dentro de Belén
Una vez superado el muro y entrado en Belén, una ciudad encuadrada dentro de Cisjordania, una zona que no pertenece de facto ni a Israel ni a los palestinos, pero que se encuentra parcialmente bajo administración militar israelí y parcialmente bajo bajo la Autoridad Nacional Palestina, José y María se encontrarían con una ciudad donde un 80% de la población es palestina y la tasa de desempleo es realmente alta, según fuentes de la autoridad palestina ronda el 40%.
Sin embargo, los padres de Jesús no lo tendrían fácil para descansar, ya según ha anunciado el alcalde de Belen, Victor Batarseh, la ciudad 'no tiene camas vacías' una muestra de cierta recuperación económica gracias al turismo. Este año se prevé que alrededor de 1,25 millones de turistas visiten la ciudad a final de año.


Sin alimentos
Allí aseguró que hablarían con algún musulmán que les podría explicar que el ejercito israelí ha prohibido la entrada de ayuda alimentaria para sus hermanos que viven en la franja de Gaza en respuesta a los cohetes lanzados desde esa zona contra el sur de Israel.
Pero los que lo tendrían realmente difícil para entrar serían los Reyes Magos que con sus camellos cargados de oro, incienso y mirra facilmente serían confundidos con presuntos terroristas o contrabandistas que pretenden hacer llegar sus productos a los campos de refugiados.

ANEXO: Galería de imágenes sobre la navidad en Belén, y otros lugares del mundo.
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